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Historia de la farmacia

Con el cambio al siglo XXI y con un crecimiento exponencial de la población en la ciudad de Higüey surgen las necesidades básicas y esenciales para atender las demandas de los habitantes. 

 

El área de la salud, como una de las más esenciales, se abría paso con la Clínica Dr. Perozo como pionera del municipio de La Altagracia y, a su vez, surgía la necesidad de abastecer a la población de una dispensación ágil, cómoda y confiable de todo tipo de productos farmacéuticos con especial énfasis en medicina elaborada en los mejores laboratorios a nivel mundial.

 

Así surgió, en el año 2005, la oficina de farmacia Juan XXIII, tomando el nombre de la avenida en la que está ubicada en la ciudad de Higüey, e inaugurada por su propietaria, doña Daisy Güílamo y situada, en sus inicios, en un pequeño local junto a la entrada del parqueo exclusivo que  la Clínica Dr. Perozo. 

 

El rápido aumento de los clientes y el buen hacer de la propietaria y sus empleados hizo imprescindible un cambio de local, más grande y accesible, desde donde siguen dispensando medicina y más variedades de productos hasta la actualidad.

 

Actualmente, tras el cambio generacional, la administración pasó a sus hijas, las cuales siguen otorgando la misma calidad en la gestión que su progenitora, y aumentando la profesionalización en un sector cada día más competitivo.

 

En el año 2012 pasaron a suministrar beneficios y colaborar con los pacientes de las principales aseguradoras del país, aumentándolas poco a poco, y con vistas a ofrecer servicio a casi todas las aseguradoras a nivel nacional.

Afianzada como una de las más importantes farmacias de Higüey, el compromiso adquirido con la comunidad sigue siendo un servicio serio y de calidad, donde poder adquirir la gran mayoría de productos farmacéuticos del extenso catálogo nacional e internacional, así como medicina controlada.

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